Ver una película en televisión, leer algo que nos enviaron por las redes sociales o simplemente ver algo que no debes puede ponerte en peligro. La mejor forma de huir de la tentación es no abriendo la puerta y una de las puertas son tus ojos.
Cuida tus ojos celosamente. Tu vida interior se afecta con las cosas en que centras tu atención. Descansa en aquello que agrada al Señor.
«No pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de los que se desvían; Ninguno de ellos se acercará a mí». Salmo 101:3